martes, 2 de julio de 2013

Protestan contra empresarios de EE.UU con un pie en Entre Ríos

SON LOS HERMANOS KOCH, DOS MAGNATES ESTADOUNIDENSES ENEMIGOS DE OBAMA.
Por Tirso Fiorotto, UNO Entre Ríos.

Cómo impacta en Entre Ríos esta expresión de la llamada “globalización”, con propietarios de industrias que alcanzan a decenas de países y disputan poder en el estado más influyente del planeta, pero encuentran resistencia en su suelo. Quiénes condicionan, desde EEUU y Europa, la economía entrerriana.



Empresarios con fuertes intereses en la provincia de Entre Ríos aparecieron en estos días en los títulos principales de algunos medios de los Estados Unidos, a raíz de una creciente protesta callejera contra su voluntad de comprar, precisamente, medios masivos como Los Ángeles Times.
Los hermanos David y Charles Koch, considerados por la revista Forbes como los hombres más ricos del planeta junto a Bill Gates, Warren Buffet, Carlos Slim y los hermanos Walton (todos sin excepción ligados a la economía entrerriana), fueron el centro de las protestas que permitieron poner en escena su notable poderío logrado con dinero de sus industrias vinculadas a la química, el petróleo, el papel, los fertilizantes y las finanzas.
Los Koch son propietarios de la firma Resinas Concordia SRL, instalada en el Parque industrial de esa ciudad entrerriana, subsidiaria de Georgia Pacific (GP), de las industrias Koch.
Allí, en Concordia, proveen resinas a Masisa, ligada al magnate suizo Stephan Schmidheiny, que hace pocas semanas fue condenado a 18 años de prisión en Turín, acusado de provocar miles de muertos a través de la industria del asbesto o amianto.

Leyes antiinmigrantes

Dicen en Chicago que no pocos habitantes de esta ciudad se manifestaron en contra de que el principal diario local, el Chicago Tribune, sea vendido al grupo empresarial de los hermanos Koch (en un paquete que podría incluir 23 estaciones de televisión, nueve periódicos regionales, incluyendo Los Angeles Times, y algunas estaciones de radio), pues consideran que se impondría a los medios una agenda neoconservadora y contraria a los inmigrantes mexicanos.
Decenas de páginas de internet acusan a los Koch de pronunciarse contra leyes sociales y a favor de una libertad irrestricta del mercado, a la vez que gestionar contra las normas ambientales aportando millones de dólares de su red de industrias.
Lo paradójico del caso es que estos hermanos Koch, Charles y David, se presenten en regiones sudamericanas como la provincia de Entre Ríos con el cándido nombre de “Resinas Concordia SRL”, para hacer negocios y volcar luego sus dividendos en los lobys para lograr leyes contrarias a los hermanos latinoamericanos.
Siete organizaciones de Chicago se manifestaron contra los Koch. “El pueblo necesita un periodismo independiente y objetivo en el que puedan confiar, no una propaganda liberal”, dijeron, y acusaron a los Koch de presionar para que se voten leyes contra los inmigrantes lo cual, de ser cierto, los haría repudiables en nuestra provincia argentina.
Las manifestaciones se extendieron a otras ciudades norteamericanas.
En los Estados Unidos tienen a los Koch como principales fogoneros del movimiento ultraconservador llamado Tea Party, y pululan las denuncias contra sus empresas por acciones fuera de la ley. Pero lo que sacó a los ciudadanos a las calles es la intención de estos magnates de incursionar en los medios masivos con fuerte tradición en el periodismo.

El imperio en casa

Por distintas fuentes se conoce que los Koch han invertido millones de dólares en grupos académicos para incidir contra la conciencia sobre las causas del cambio climático, y contra la investigación en energías alternativas, considerando que sus empresas son fuertes productoras de combustibles fósiles.
Tenemos, pues, a dos petroleros que se declaran enemigos de las luchas de los pueblos sudamericanos del Abya Yala por el ambiente sano o por los derechos de los inmigrantes.
Sin embargo, sus fuertes inversiones e intereses en nuestra región no alcanzan para hacerlos conocidos entre los entrerrianos. Eso no sorprende, en general los pueblos ignoran a las personas y los grupos que controlan resortes principales de la economía. Y podríamos hacer un repaso.
Ocurre con Waren Buffet, por caso, uno de los mayores ricos del mundo, con acciones en Coca Cola, Nike, Walmart, General Electric, Johnson y Johnson, Américan express, Kraft food… De Buffet dependen sólo a través de Kraft (Mondelez International) marcas como los jugos Tang y Clight, los chocolates Tablerone y Suchard, y algunas otras como Mantecol, Terrabusi, Canale, Manon, Tita, Rhodesia, Bazooka, Royal, nada menos, Beldent, Milka, es decir, productos de consumo habitual en Paraná, por caso.
Los Koch y los Buffet se suman a grandes empresas multinacionales que controlan la economía entrerriana como Cargill y Monsanto,  o como la británica (bien ligada a la corona) Unilever que produce en Gualeguaychú  jabones como Ala, Drive, Skip, pero además es dueña de estas marcas: Comfort, Axe, Vivere, Sedal, Impulse, Lux, Cif, Dove, Pond’s, Clear, Rexona; y en alimentos: Fanacoa, Maizena, Savora, Ades, Hellmans, Knorr, por mencionar algunas.

Walmart en punta

En las últimas dos décadas, la expansión de firmas como Monsanto (semillas transgénicas patentadas, herbicidas, insecticidas, etc., que cuenta entre sus principales accionistas a Bill Gates); y como Cargill (de los multimillonarios herederos Cargill y MacMillan) en las exportaciones y aceites, vino asociada con la expansión de multinacionales del comercio minorista como Carrefour (europea) y Walmart (estadounidense).
(Hay que decir que en ciertos y contados casos, algunos magnates resuelven en la segunda mitad de sus vidas hacer donaciones).
Walmart pertenece en gran parte a los hermanos  Jim, Alice, Christy y Robson Walton, una familia que se encuentra entre las diez más ricas del planeta, con los Koch que hicieron pie en Concordia, los Slim, los Gates, los Buffet.
En los últimos meses empezó a incursionar por otra vía al territorio entrerriano la histórica familia de petroleros estadounidenses Rockefeller, a través de una de las empresas que los tienen como accionistas: Chevron (como JP Margan, Exxon, etc). Junto a YPF intentan buscar y explotar gas de esquisto, a través de un resistido método llamado fractura hidráulica o fracking, pero en estas horas se supo que el acuerdo del entrerriano Miguel Galuccio (jefe de YPF) con Chevrón causó un cimbronazo dentro de  la empresa estatal y provocó incluso la renuncia del economista Eduardo Basualdo, y es que algunos entienden que la Argentina está cediendo a los intereses estadounidenses.
De hecho, la presencia y expansión de Cargill, Monsanto, Walmart, Mondelez, Chevrón, financieras y otras firmas marca una invasión de empresas de los Estados Unidos en la Argentina.
Varias ciudades entrerrianas ya declararon su rechazo a la fractura hidráulica en las últimas semanas a través de sus concejos deliberantes.
Además de poner una pata en Entre Ríos, Rockefeller es miembro activo y fogonero del Club Bilderberg, que reúne a los más acaudalados del planeta y controla el mundo, junto a empresas del tamaño de Rothschild (Visa, Banelco, Santander, etc), es decir, petroleros y banqueros en primera línea.
Se calcula que la lista de los más ricos del mundo que publica cada año la revista Forbes cambiaría por completo si se supiera la verdad, y la verdad es que algunos de los mencionados son de los más poderosos, aunque no figuren.
Así podrían anotarse varios empresarios de los más ricos del planeta con intereses en la provincia, y en general desconocidos: los dueños de Bunge, Dreyfus, Syngenta, Nidera, los propietarios de comercios, droguerías, empresas de telefonía y transporte, tierras, industrias, o ligados a los pooles y fideicomisos que poco a poco desplazaron a los campesinos en este suelo.
Algunos de los popes de las empresas son argentinos, el caso de los Blaquier, Elsztain, Werthein, Brito, Eskenazi, el grupo Arcor (Cartocor, Bagley), Granja tres Arroyos, Grobocopatel, Derudder, etc.

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